Olga Liliana Reinoso, nacida en la Capital Federal de la República Argentina y residente en la ciudad de General Pico, provincia de La Pampa, Argentina, escribe poesía desde los 12 años, pero también descubrió placenteramente el cuento y el ensayo. Publicó tres libros de poemas: "Estar con vos" (Rayuela, 1982), "Palabra de mujer" (Pico Duplicaciones, 1991), y "A Quemarropa" (Fondo Editorial Pampeano, 1998). Uno de narrativa “Cuentos con descuento” (Mis escritos, Lanús, Pcia. de Buenos Aires, 2007), el ensayo “Educar para la paz: he aquí la cuestión” (Ministerio de Cultura y Educación Pcia. de La Pampa, 2001) y la ficción autobiográfica “La Sembradora” (Llanto de mudo, Córdoba, 2010)
Ha sido galardonada en certámenes locales, regionales, nacionales e internacionales en todos los géneros que cultiva.
Coordina Talleres Literarios y estudia Narración oral.
Tiene dos libros inéditos:
Crímenes impunes (narrativa)
Nadie es la patria (artículos de opinión)
Difusora de la literatura regional, nacional y universal. Organizadora de actos culturales. Colaboró en un programa de televisión como columnista de literatura. Ha participado como ponente en Congresos de Literatura en Buenos Aires, Puerto Montt (Chile), Montevideo (Uruguay), Caracas (Venezuela), Rancagua (Chile) y Zamora (Michoacán, México). Entre los temas sobre los que ha investigado podemos mencionar: Borges y la ética, Literatura de nostalgia, fuga y anticipación en Mirtha Isabel Amestoy, Delmira Agustini, Misoginia y Literatura, El oficio del escritor entre la egolatría y la solidaridad.
Fue docente durante casi treinta años y desde 2008 se autodenomina “Jubilosa jubilada”.
Los grandes amores y pasiones de su vida: sus tres hijos y la Palabra.
MARGARITA SILVESTRE
Margarita descalza desarropada
flor de Lihuel Calel, vida en la sierra
oráculo de amor que se deshoja
ante el viento pampeano que pregunta
estás enajenada ninfa de la aridez
tus pétalos en blanco no encuentran la palabra
yo soy tu endechadora
pero soy a la vez tu perfume a hembra herida.
No puedo hablar de mí
ya no soy yo
he devenido tallo en el vendaval
sin historia sin nombre sin huellas en la arena
solitareando rumbos por el desierto
follaje verde azul nazco en las grietas
amarilla de sol como mi sed
botón de oro, arbusto, resisto plagas
y sin embargo muero por quien no está
tras tu pátina rubia mi voz se esconde
para robar de apuro un guiño del sol
flor de los pobrerales, sin oropeles
dejame que te mire para poderme ver
en tu angustia asoleada de soledad
brilla el bruñido espejo de mi dolor
devolveme en silencio tu paz salobre
tu augusta fortaleza en la tierra yerma
tal vez así me brote un pétalo nuevo
para decir no he muerto: hoy florecí.
SECRETOS
Hay secretos que corroen el alma
son monstruos que se agigantan con el tiempo
y trepan como enredaderas
por la medianera entre el cuerpo y el alma.
Se alojan en la garganta
y allí se desparraman
te empetrolan
piquetean la libertad de ser feliz.
Pero hay otros secretos
que son abeja destilada
dulce manta de viaje
pasaporte de lujo al paraíso.
Cada vez que se cruzan las miradas
se desliza una mano negligente
se espolvorea un beso distraído
se obsequia una palabra…
el secreto renace
nos habita
nos toquetea por dentro
nos urgencia.
Y otra vez el incendio es implacable.
NIEBLA
Yo no sé si es un sueño
o es la melancolía
que produce en mis huesos
esta capa de armiño.
Voy caminando sola
gelatinosa seda
me envuelve en una jungla
de mitos y leyendas.
Bostezo de los dioses
hartos de tanto humano
perverso, fatuo, necio
aceite endovenoso
túnel de espuma rancia.
Acaso sea yo misma
la dama con mantilla
que el vapor del espejo
difumina en la noche.
O quizá sea un preaviso
que después de la niebla
no queda nada. Nunca.
Nada más. Nunca. Nada.
TORMENTA
Cuando en el cielo raso
del adentro
o en el místico cielo
del afuera
se arremolinan nubes
con vestido de gala
nubes con maquillaje
que bailan al ritmo de las tumbadoras
cuando un escalofrío
me recorre la espalda
y el cardiopotro se desboca
cuando las aves buscan su refugio
bajo aleros sin tiempo ni memoria
y hay un rumor espeso de temores
o un estremecimiento de plumajes
se presiente en la piel el ulular del viento
una llovizna de cristales huérfanos
comienza a deshojarse en las costillas
y el trueno del adiós, ajeno y ronco
golpea el bajo vientre de la aurora.
Vuelan a ras del suelo los poemas
las luces del relámpago enceguecen
una caricia desteñida de ternuras
deja knock out al síndrome del beso
y los árboles desnudan el abrazo
entre cabriolas y saltos al vacío.
Es medianoche, amanece, es mediodía
el cielo de tormenta miente al tiempo
se disfraza de gris
tiñe de brumas
al agónico grito de las horas.
ESTA MAÑANA
Una alegría
La despertó
Riendo a carcajadas.
Tuvo un presentimiento
Un sentimiento de granizo
Un ahogo falaz
Una sospecha.
Alguien, desde algún sitio
Le escribía señales
Tatuajes en el vientre
Mensajes subrepticios
Como el estigma
Del colegio de monjas.
Todo placer se paga
A cada sonreír le llega un llanto.
Y tuvo tanto miedo
Sintió el espanto atroz de estar
Tan calma
Tan abrazada
A esa felicidad sin ornamentos
Artesanal
Vestida de entrecasa.
Sintió terror.
El pasado es un cuervo
Que siempre acecha la vida.
Y así, mientras el sol resplandecía
Y un invierno amarillo
La invitaba a cantar
Loas al fuego
Ella empezó a llover lánguidamente
Hizo barquitos de papel con su tristeza
Guardada en la cartera
Por las dudas
Y navegó en un mar desventajoso
Luchando con piratas y fantasmas.
Supo que era una trampa
Que nuevamente el búho de la distorsión
La picoteaba.
Pero no pudo sostener la mole
Que cayó desde ningún lugar
Hasta sus hombros
Y agonizó ignorante
Sin atreverse a ver
Con qué descaro
Esa alegría fraudulenta
Se burlaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario