sábado, 12 de noviembre de 2011

Elida Vega / Argentina



Elida Vega. Nació en 1956 en Quilmes, Pcia de Buenos Aires, Argentina. Escribe desde que tiene uso de razón y es lectora compulsiva.  Estudió letras para seguir con esa pasión, aunque no terminó la carrera. Nunca editó sus poemas, siempre pensando en que todavía le “faltaba”  para esa etapa. Recién se animó un poco con la virtualidad, armó un blog precario (http://noraquestaba.blogspot.com).  Participó en algunos concursos, con todo tipo de suerte.


OFRENDA
algo habrá que hacer
con este día
encontrar el alimento
que sus horas devoren
promesas
que no desemboquen
en el muro de las derrotas:
-solo intentos
que supieron ser batallas
en la suma de otros días-
algo habrá que hacer
para que no se arrumbe
en la basura
de avenidas
que encandilan la memoria
algo habrá que hacer
antes de que el corazón
abra su herida hacia la noche



APROXIMACIÓN
La perfección
es el sueño que nos ha sido dado
para que no aceleremos nuestros miedos
en dirección a la muerte que opaca toda magia
para que deambulemos por la tierra
que presagia un destino transparente
para que nos mojemos con la lluvia
como anticipo de un sol
definitivo
que nos ilumine
para que pisemos cada piedra
que presienten
el verde húmedo de las praderas
cercanas
así vamos girando
alrededor de este sueño hábilmente creado
así se nos figura
que la soledad no golpea tanto
con sus martillos de hielo
así se nos figura
que el vacío que oprime
                                               y  el eterno interrogante
no nos va devorando la vida.



SOSIEGO
Un rostro de mí misma
                                                                Un remanso de hierba en la avenida
Acaso el miedo en mis ojos extraños
y no logro reconocerme
en el  brillo de estrellas que se acerca
no logro habituarme
a esta avidez de aferrarme al amanecer en la palabra que surge sorprendente
atrevida receptora despiadada sin matices que atenúen sin pausas para confrontar rutas de fuego o laderas sin playa mareas que disuelven rocas que hace años construyo como un juego como un disfraz que borra los cristales de mis retratos que se esconden…
Se hace difícil
elegir
cuando el deseo me acecha
cuando
cualquier camino que tome me enfrenta
con vínculos sospechados
con  atardeceres que se sumergen en aguas transparentes en pájaros de trinos espontáneos de cielos abiertos sin límites sin barreras que detengan el paso de trenes amarillos humeantes permanentes traductores de apetencias que me abruman que se instalan en cada partícula de mi cuerpo de mi sangre en ebullición constante como si me refundara en cada gesto en cada estación a donde llego...



RIESGOS


Queda
casi nada
por decir
cuando la poesía
cabe en las manos
que entonces no se tocan

Y asusta…
Casi nada
para decir
cuando nuestra ceremonia
está intacta
en nuestras miradas
que entonces se esquivan
El miedo reparte el juego
otra vez

A veces el ruido de las avenidas los cuerpos nuevos de los hombres de las mujeres que vendrán los desafíos de cuando nada aún fue dicho los templos saturados de disfraces el boceto de las noches nuevas la soledad de los que acompañan la mirada que descubre pero no conoce nos conceden el mejor refugio para que después no duela.




LOS GUARDIANES DEL LENGUAJE
no son carceleros
son guardianes
me devuelven una y otra vez a la orilla
gestan  silencio en las noches
y me privan
hasta del recoveco de los sueños
junto fuerzas para enfrentarlos
porque la próxima batalla será más dura
me ofrecerán alguna migaja
aunque mi hambre desmedido
necesite de toda su cosecha
me darán  la dádiva traicionera
de poder arañar sus pasillos
aunque saben que busco un hogar inmenso
para ahogar mi  frío tan antiguo
Alegoría no disuelta
de una infancia entrometida
Derrotada una vez más
el sol
una metáfora de ambición desmesurada





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