domingo, 27 de noviembre de 2011

Alma Tapia / México



Alma Rosa Tapia nació en 1968, en la Cd. de México, D.F., es egresada de la Universidad Pedagógica Nacional de la Licenciatura en Psicología Educativa, cursó una especialidad en Formación Psicoterapéutica en la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología. Actualmente cursa un posgrado en Defensa y Promoción de los Derechos Humanos en la Universidad de la Ciudad de México.

En su haber literario cuenta con diez libros publicados:
-Los hijos del país jorobado (2002, Fomento editorial UPN)
-El poemario “Perfiles” en colaboración con tres poetas.
-Poemario “Jirones y Arena” ilustrado con obra del grupo Arte-Norte (INMUJERES; 2010)

En junio de este año la editorial EMOOBY publica los libros infantiles titulados:
-El color de los niños
-El Mundo es de todos
-A que te cuento
-Reino Mío, Reino de Todos
-Letras en mis ojitos
-La Naturaleza de mis palabras
-Niños, Bichos y Caprichos

Sus cuentos y poemas han visto la luz en varias revistas impresas y electrónicas como Navegaciones Zur, Letras en Rebeldía, Tierra de Letras, Antorcha Cultural, Matemáticas y Poesía, Editorial Rove, Periódico Básica Fem, Periódico “Basura” entre otras y es miembro del Mapa Poético Nacional denominado “Del Silencio hacía la Luz”.





PASOS EN EL DESIERTO

Con alas en las manos confeccionaron el  futuro.
Más cuando el sol quemante tembló congelado,
sólo jirones de vestidos bajo rocas en el desierto.
    
La frontera norte fue anhelo,
                    esperanzas e ilusiones, despojadas
por innombrables bestias.

Con cemento en los ojos ocho años sepultaron.

Pasos en el desierto.
Pasos infantiles descaminados.
Ojos inconsolables oscilan en precipicio,
                                          derraman el llanto.
El llanto de niños sin leche.
El hambre no saciada.

Inconcebibles historias de efigies
contritas por la justicia indolente silenciadas.

¿Quién resarcirá el daño?
¿Quién con oídos y ojos?
¿A quién en este mundo ciego?
¡Mundo sordo, mundo manco!

Cuando el silencio árido sea respuesta…
                                          Eleva el canto.
Cuando la herida en campo infértil arda…
                                                 Eleva el canto.





GRAVES PINCELADAS

No eres un grano de arena que escapa de un puñado.

Granates y nutridas gotas, son el rocío de un hueco.

Cercada por aguijones extenuados al centro
de un círculo cerrado, tus brazos son el eje.

Presa sin escape
                en un circo de Ángeles negros sin cabeza.

Hundida en la bruma, eres nulificada.
Testículos rellenos de alacranes, se vuelcan,
                             batidos en celaje ensangrentado.

Sin arrepentimiento las tenazas se retiran,
                              impregnadas de saña execrable.

Saciados caminan sin obstáculo
                       y alejan los pasos de las aves sin vida.

Los sórdidos aguijones son vergüenza de mexicanos.
Negro estigma en humanidad que se amontona.

Que se amontona y clama justicia.

Las aves con alas rotas, no son olvidadas.

Alguien delinea el drama,
                                 artistas con graves pinceladas.

En pleno ocaso, los dedos palpitan,
                                      ordenan frases inacabadas.
Taciturnas las grafías corean al compás
                                       de imperturbables teclados.





UNA SOLA VOZ

Con ronca voz los invito a enfilarse en esta marcha.

Entre notas musicales, hermana toma mi mano.

Con morenas manos, secaré tu llanto,
                  con estas trémulas manos.

Para mitigar el dolor,
y exigir justicia artistas esculpen los hechos:
cantores, pintores, poetas y escultores luchamos a tu lado. 

Ya no más tumbas sin nombre,
                No más nombres borrados.





ENTRE CLAVOS E INJUSTICIAS

De adulta me vestí  una noche para escapar por un  hueco,
           mientras el camaleón dormía entre botellas de vino.

Con seis años hui de los azotes, escapé de mi cama,
   hui del clavo salvaje, cuando de cansancio cesó su danza.

Tuve miedo de ser niña,
              tuve miedo de crecer entre cucarachas y ratones.
Tuve miedo de ser congelada por el aliento de la noche fría.

Poco a poco mi espíritu engrandeció,
          cuando mis huesos por el hambre se resquebrajaron.
Tuve fuerzas y por las calles desoladas caminé,
                                                     pero caí en el abismo.

De noche en el asfalto, los clavos también me violentaron.
                            Clavos en mi piel, clavos mis recuerdos,
Clavos en una corona que gotea en tinieblas.

Niña soy que  llora de día y nadie ha visto un morete.
Niña soy que escapa de noche y nadie ha visto nada.

Invisible para todos y cuando logro materializarme,
                          lascivas son las manos, hirientes los ojos.
Hirientes clavos de mi infancia.
En la calle me presentan la injusticia,
                                      en mi hogar, la amenaza doliente.
¿Dónde estás madre?
¿Dónde las manos que acariciaban?
¿Cuándo vendrás por mí?

Presiento que en este invierno, un 25 de noviembre,
cuando alguien mire los ojos,
                                          cuando una mano se extienda.






ESTRELLAS CABELLO DE NEGRO CIELO

Desesperada elevé la mirada con mi dolor y el amargo llanto al cielo para saber si ahí te encontraba; con extrañeza noté que a las estrellas les había brotado cabello, eran largas hebras que se perdían con el negro de la noche, con tristes ojos titilantes.

Creí que era ilusión, pero cuando restregué mis ojos, los astros eran niñas, púberes, jóvenes, todas mujeres, eran madres, hermanas, hijas, sin explicación, todas mujeres; cada una con su nombre escrito en la frente de estrella; se incendiaban con intensidad, con ello querían lograr ser reconocidas.  Algunas aparecieron distantes con el ánimo cansado, casi enceguecida pero interesada, me esforcé para mantener fija la vista.   Finalmente te encontré en el centro, aún pequeña como eres, te distinguí, a ti mi niña, mi Iris, a tu alrededor destellaron María, Rosa, Alejandra, Lupita, Mirna, Verónica, cientos… tan incontables como entristecidas.  Adornaban el cielo, conté hasta cuatrocientas con nombre y casi quinientas sin rostro ni letras, pero ahí estaban todas.

Cuando tú hija te diste cuenta, que aunque lejos mi clamor te alcanzaba, abismal pero tan dentro de mi agonía, sonreíste a tus amigas, sonreíste como en días pasados cuando devorabas con hambre tortas de frijoles en el descanso, como cuando tu compañera con entusiasmo te dijo que estudiaba en los fines de semana. 

Ellas brillaron ya tranquilas, con sus límpidas boquitas mandaron un beso que el viento mensajero hizo llegar hasta mis rasposas mejillas, tostadas de buscarte bajo el candente sol por el estéril desierto, por las grises calles, por los polvosos baldíos, por los empinados barrancos, por todos los rincones de esta tierra de humanos infames, con la esperanza en mi alma clamando justicia.

Ahora puedo despedirme de ti, para mañana en cuanto oscurezca, elevar la mirada al cielo, darte las buenas noches con cada día que fallezca, porqué sé en donde te encuentras, sé que la luna con amor te arropa.

Descansa en paz mi niña estrella, descansa tranquila, mientras tanto yo secaré mis lágrimas, cuando todas seamos una.  

martes, 22 de noviembre de 2011

Yosie Crespo / Cuba


Yosie Crespo (Cuba, 1979) Poeta y escritora. Primer Premio del IV Concurso Juvenil de Poesía Federico García Lorca 2011, Finalista del Premio Poesía Ateniense 2010 Argentina, Premio Internacional de Cuento 2010 Feria del Libro, Buenos Aires, Argentina, Finalista del Premio de Poesía 2011 Gertrudis Gómez de Avellaneda, España, Premio Luis Felipe de Cuento Corto 2011, Miami Fl, Finalista del 1er Concurso Hispano-Francés/Antonio Machado 2011 entre otros varios premiados en el último año.

Colaboró en el libro "Antología de la poesía cubana del exilio de Aduana Vieja, España, 2011, editada y concebida por la poeta Odette Alonso y en la Antología Gaceta Virtual, Buenos Aires, Argentina 2011.

Dos de sus trabajos fueron seleccionados para la exhibición "Be inspired, 2011" en el Museo de Arte (MOA) de Fort Lauderdale (auspiciado por Nova Southeastern University), Estados Unidos en Octubre del 2011.

Colaboradora de la Revista “La Peregrina” en Miami, EUA, trabajos presentados en varias revistas literarias tales como ARIQUE Revista de Cuba, Sinalefa de New York, Destiempos de México D.F., AEDA de Casa Lamm México, ARIADNA de España, Heliconia Poemia de Argentina, Latinos Digest SA Texas, Gaceta Literaria, La Trastienda (Buenos Aires, Argentina), Periódico Azul, Caracol de Espumas de Barinas, Venezuela y Revista Cultural Babad de Madrid España, entre otras.

Actualmente trabaja en su primer libro de poesías que verá la luz este año y una novela que estará completa para finales del próximo.

Blog:
http://yosiecrespo.blogspot.com/





POESIA ERAS TU

Yo no era el viento
ni la sombra de un viejo
y su camino de piedras.

La noche bajo sus zapatos
pálidos de sudor.

Muerto,
bajo el sendero de donde nadie olvida
vencía mar adentro los más hermosos fantasmas
para no pensar en ti.

Poesía, eras tú el viaje
y la danza inquieta de aquella edad.

Nada me vencía.
Eran otros tiempos.




PASANTE
Ahora soy como el águila que está
y no despierta.

Coloco junto al polvo la soledad de otros tiempos,
le conozco su bilis
le ha salido por la boca declarándome la guerra.

¿Cómo vaciarme de su nombre
cuando el miedo del mundo
se come mis rodillas?

Como la noche ha de abrirse
esta pequeña muerte
y ha de convertirme en la sombra exacta
de su fugaz juventud.

Huirás de mis brazos con el mundo por delante.

Encontrarás encendido
fuera de mis ojos
mi corazón que es un caballo blanco,
y un cuervo.





CRESTA DE LUNA
         (
Intento de abandono a mí mismo)

El mundo es una ciudad que nadie puede contar
a ciencia cierta.

Para sus almas, nunca despertarán.

Junto al silencio del mendigo
está el reflejo que despunta el día.

Yo sigo aquí:
resultado de tu maniobra,
cruel enemigo.

El temor me ha dejado en esta pequeña cueva
a punto de florecer.

Astutos pasan tristes tras mi sombra
alucinantes, melancólicos fantasmas
abandonados por nosotros mismos.

"El maestro" con su verdad
ha parado de decirnos:

-El amor os ha traído a vuestra propia muerte-

He tratado de rebelarme contra sus espíritus
junto al viento y su tenaz discurso y la desesperanza,
sigo envejeciendo.

Han levantado un castillo contra mi furia.

Ha nacido sobre sus cabezas
una cresta de luna
con aires de madrugada.

Todo esto y más
y el resto adornado de escombros.

Escondidos bajo el sórdido cuento de un pueblo
que aún a pesar de todo,
lo defiende.




BREVE INTENCIÓN PARA UNA FURIA COMPARTIDA

                                       
                                                  A Andrés Galindo

Observa, Galindo.

La furia se ha puesto a cantar.

Ahora es como un lobo solitario
y danza con una flor que se eleva
con sus largas sombras
descuidadas de siglos.

Escuchad, Galindo.

¿No sientes cómo el grito espantoso del silencio,
llena hoy de una muerte fugaz mi pobre pecho?

Me he disfrazado de su breve fragmento,
así he logrado encontrar su rostro extranjero
pisoteado por la sequía,
por nuestro breve aliento.

¿Cuántas veces será el Sol quien nos acerque
a su lejano seno?

Propongo, desde cualquier ciudad
dibujar una rueda en el aire
sin permitirle ni acercarle a su abrazo final.

Yo sé que la vida pasa
que pasa y efectivamente nunca sabremos cuántos ríos,
cuántos mares, cuántos sueños.

Propongo apenas embriagarnos del verso cansado
armar con una lámpara de olvido
el camino de las horas que descienden como dagas.

Obligarnos lejos de nuestro viejo espíritu.

Levantarnos como águilas, libres del fin,
y no permitirnos hacernos nunca la misma pregunta:

-¿Cuántas millas nos separan?-

Diremos como en un himno cuántas palabras nos unen
y derramaremos eufóricos algún soneto que nos nombre
insistentes, incuestionables,
talladas nuestra piel por la ciudad y sus terribles trampas.

Cualquier día entonces,
conocerán los colores, su bandera.

Y no será sino la patria
quien nos exija, solitaria y libre
un obituario cargado de urgencia con una sola intención:

Aquí yacen los héroes de la furia.



sábado, 19 de noviembre de 2011

Olga Liliana Reinoso / Argentina


Olga Liliana Reinoso, nacida en la Capital Federal de la República Argentina y residente en la ciudad de General Pico, provincia de La Pampa, Argentina,  escribe poesía desde los 12 años, pero también descubrió placenteramente el cuento y el ensayo. Publicó tres libros de poemas: "Estar con vos" (Rayuela, 1982), "Palabra de mujer" (Pico Duplicaciones, 1991), y "A Quemarropa" (Fondo Editorial Pampeano, 1998). Uno de narrativa “Cuentos con descuento” (Mis escritos, Lanús, Pcia. de Buenos Aires, 2007), el ensayo “Educar para la paz: he aquí la cuestión” (Ministerio de Cultura y Educación Pcia. de La Pampa, 2001) y la ficción autobiográfica “La Sembradora” (Llanto de mudo, Córdoba, 2010)
Ha sido galardonada en certámenes locales, regionales, nacionales e internacionales en todos los géneros que cultiva.
Coordina Talleres Literarios y estudia Narración oral.
Tiene dos libros inéditos:
Crímenes impunes (narrativa)
Nadie es la patria (artículos de opinión)
 Difusora de la literatura regional, nacional y universal.   Organizadora de actos culturales. Colaboró en un programa de televisión como columnista de literatura. Ha participado como ponente en Congresos de Literatura en Buenos Aires, Puerto Montt (Chile), Montevideo (Uruguay),  Caracas (Venezuela), Rancagua (Chile) y Zamora (Michoacán, México). Entre los temas sobre los que ha investigado podemos mencionar: Borges y la ética, Literatura de nostalgia, fuga y anticipación en Mirtha Isabel Amestoy, Delmira Agustini, Misoginia y Literatura, El oficio del escritor entre la egolatría y la solidaridad. 
Fue docente durante casi treinta años y desde 2008 se autodenomina “Jubilosa jubilada”.
Los grandes amores y pasiones de su vida: sus tres hijos y la Palabra.



MARGARITA SILVESTRE

Margarita descalza desarropada
flor de Lihuel Calel, vida en la sierra
oráculo de amor que se deshoja
ante el viento pampeano que  pregunta
estás enajenada ninfa de la aridez
tus pétalos en blanco no encuentran la palabra
yo soy tu endechadora
pero soy a la vez tu perfume a hembra herida.
No puedo hablar de mí
ya no soy yo
he devenido tallo en el vendaval
sin historia sin nombre sin huellas en la arena
solitareando rumbos por el desierto
follaje verde azul nazco en las grietas
amarilla de sol como mi sed
botón de oro, arbusto, resisto plagas
y sin embargo muero por quien no está
tras tu pátina rubia mi voz se esconde
para robar de apuro un guiño del sol
flor de los pobrerales, sin oropeles
dejame que te mire para poderme ver
en tu angustia asoleada de soledad
brilla el bruñido espejo de mi dolor
devolveme en silencio tu paz salobre
tu augusta fortaleza en la tierra yerma
tal vez así  me brote un pétalo nuevo
para decir no he muerto: hoy florecí.





SECRETOS

Hay secretos que corroen el alma
son monstruos que se agigantan con el tiempo
y trepan como enredaderas
por la medianera entre el cuerpo y el alma.
Se alojan en la garganta
y allí se desparraman
te empetrolan
piquetean la libertad de ser feliz.
Pero hay otros secretos
que son abeja destilada
dulce manta de viaje
pasaporte de lujo al paraíso.
Cada vez que se cruzan las miradas
se desliza una mano negligente
se espolvorea un beso distraído
se obsequia una palabra…
el secreto renace
nos habita
nos toquetea por dentro
nos urgencia.
Y otra vez el incendio es implacable.




NIEBLA

Yo no sé si es un sueño
o es la melancolía
que produce en mis huesos
esta capa de armiño.
Voy caminando sola
gelatinosa seda
me envuelve en una jungla
de mitos y leyendas.
Bostezo de los dioses
hartos de tanto humano
perverso, fatuo, necio
aceite endovenoso
túnel de espuma rancia.
Acaso sea yo misma
la dama con mantilla
que el vapor del espejo
difumina en la noche.
O quizá sea un preaviso
que después de la niebla
no queda nada. Nunca.
Nada más. Nunca. Nada.




TORMENTA

Cuando en el cielo raso
del adentro
o en el místico cielo
del afuera
se arremolinan nubes
con  vestido de gala
nubes con maquillaje
que bailan al ritmo de las tumbadoras
cuando un escalofrío
me recorre la espalda
y el cardiopotro se desboca
cuando las aves buscan su refugio
bajo aleros sin tiempo ni memoria
y hay un rumor espeso de temores
o un estremecimiento de plumajes
se presiente en la piel el ulular del viento
una llovizna de cristales huérfanos
comienza a deshojarse en las costillas
y el trueno del adiós, ajeno y ronco
golpea el bajo vientre de la aurora.
Vuelan a ras del suelo los poemas
las luces del relámpago enceguecen
una caricia desteñida de ternuras
deja knock out al síndrome del beso
y los árboles desnudan el abrazo
entre cabriolas y saltos al vacío.
Es medianoche,  amanece, es mediodía
el cielo de tormenta miente al tiempo
se disfraza de gris
tiñe de brumas
al agónico grito de las horas.




ESTA MAÑANA

Una alegría
La despertó
Riendo a carcajadas.
Tuvo un presentimiento
Un sentimiento de granizo
Un ahogo falaz
Una sospecha.
Alguien, desde algún sitio
Le escribía señales
Tatuajes en el vientre
Mensajes subrepticios
Como el estigma
Del colegio de monjas.
Todo placer se paga
 A cada sonreír le llega un llanto.
Y tuvo tanto miedo
Sintió el espanto atroz de estar
Tan calma
Tan abrazada
A esa felicidad sin ornamentos
Artesanal
Vestida de entrecasa.
Sintió terror.
El pasado es un cuervo
Que siempre acecha la vida.
Y así, mientras el sol resplandecía
Y un invierno amarillo
La invitaba a cantar
Loas al fuego
Ella empezó a llover lánguidamente
Hizo barquitos de papel con su tristeza
Guardada en la cartera
Por las dudas
Y navegó en un mar desventajoso
Luchando con piratas y fantasmas.
Supo que era una trampa
Que nuevamente el búho de la distorsión
La picoteaba.
Pero no pudo sostener la mole
Que cayó desde ningún lugar
Hasta sus hombros
Y agonizó ignorante
Sin atreverse a ver
Con qué descaro
Esa alegría fraudulenta
Se burlaba.