domingo, 16 de octubre de 2011

Evelyn Taveras / República Dominicana


Evelyn  Taveras.  Nació en 1980 en Santiago, República Dominicana. Es Miembro del Taller Literario del Centro de la Cultura de Santiago. Fue antologado en: Antología Milagro de jueves (2005). Obtuvo las siguientes menciones:

-Segundo lugar de Poesía Memorial Luis Carreño Ibañez

 -Mención de honor Certamen Nacional para Talleristas (2007, 2008, 2009) Poesía.

Sus poemas fueron publicados en:

-Periódico La Informacíon, Revisa Mithos. Columna Contravoz de

la Revista Zona N, Listín Diario (2008-2009)

-en los blogs:

www.escritoresdeSantiago.blogspot.com/

www.deliriodelalluvia.blogspot.com





AVALANCHA

Y de pronto las sonrisas, las lágrimas, los sueños.
Las noches sin dormir, en las que somos felices de
encontrarnos de frente con el amanecer,
envueltos en la
caricia que deshace el tiempo.

Y soy un torrente donde estás a punto de hundirte. Y el sol
nos gira en la piel, en el humo, en estas paredes que
guardan la melodía de nuestros cuerpos, las luces de tu
espalda y el sabor de nuestros sexos.

 

 

CON LA SAL PEGADA A LOS HUESOS

Iré a buscarte, llevaré desatada las manos y nacerán
blancas las flores de mis piernas.

Cuando en mi piel se ahogue tu sombra de niño
rodarás siniestro por mi espalda.
Apagaré tus ojos con mis dedos
encenderé tu lengua prendida en mi saliva que sabe a ese
gesto tuyo que te nombra.

Iré a encontrarte. Estarás con la sal pegada a los huesos 
un sabor verde azul en la garganta.
Desataré los nudos. Correrán tus manos por mi espacio.
Mis labios imantando tu boca dejarán estrellas esparcidas
por tu cuerpo.

Se abrirá la noche.
-he venido a buscarte-
Se desordenan mis cabellos en tus manos. Comienza este
ardor frío en tu cintura.

-Has venido a encontrarme-
me sientes llegar, te veo venir como el mismo rocío de las
flores.

Te ahogas vencido ante este grito tibio y terrible de mi
sexo inundando, amarrando, deshaciendo las horas nuestras
de las que no querrás irte.


 

ME HABITA UN HOMBRE DE MÚSICA Y MARES

Hoy es noche de luna y espuma, un abrazo que aún no
comienza, un largo beso de azules marinos. Un hombre de
música y palabras de estampa me arquea, su voz es firme y
sensual como aquella luna en marullos de mar y vino que nos
espera y agitará nuestra marcha.

Hay un hombre sin más azul que su espíritu de alas, que
me habita en las manos y el pensamiento, que me ocupa las
sombras con luces de aves y encanto de niño perverso y
magistral.

Hay un hombre de dedos y cuerdas escribiéndome en el cuerpo
melodías,
un hombre salvaje y crucial que arrastra estrellas y nubes
en la sonrisa.

Y su canto mejor es este espacio en que no está y me
contiene, estas ansias de mirarnos y vencernos sin
palabras, porque ya hemos dicho y nombrado, porque ya
somos.

Hoy es noche de luna y espuma y me habita un hombre de
música y mares.





POEMA SIN FLORES

                                                     A la flor, donde se esconda.


Perder la ilusión y el perfume de las flores
dejará pétalos sólo en nuestra tumba fresca
cuando confundamos las estrellas con la urgencia de deseos incumplidos.

Podremos tocar nuestra melodía favorita
y morir a gritos de canción
las flores nacerán  en los ojos
que alguna vez  confundieron estrellas
y despedidas,
en noches de cristales de opio,
de luces de animal.

Brindemos: porque esta certeza de un amanecer vacío del veneno
sea la plenitud de amarrarnos al aroma de la flor que aún no
encontramos.




DELIRIO DE LA LLUVIA

La lluvia acosa mi alma
este espíritu se nubla de mirar y no ver nada
de estar sentada detrás de esta cortina de cristales.

Porque este dolor compañero de antaño
vino  oficialmente a dictarme los vacíos de su existencia.

Porque hoy llueve
y las voces húmedas son mas claras
cuando los grises afloran sobre nuestras cabezas
Se volaron las mariposas del mediodía
y las libélulas de esta noche tendrán
en las alas un vapor espeso
que les impedirán continuar la marcha.

Solía amar el llorar de los espíritus cuando
no existía este pesar de las horas en mis ojos
miraba por la ventana o me mojaba los pies
Igual el frío me llegaba a los huesos
se evaporaba en las  llamas que inventaba
mi sangre hecha de nubes púrpuras.

Tengo alas en mi espalda
las usaré cuando venga a buscarme
cuando entre tanto gotear
nazca  un manantial en mis manos.

Ahora mi sangre corre en el asfalto siempre que llueve
las llamas evaporan
el invento de mis huesos
dentro de esta carne mojada de espinas.


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